ENTRE PINCELES Y POESÍA

Los pinceles y poesía
juntos de la mano van,
lo segundo, es fantasía,
y lo primero es mezclar
el color con armonía.

Los dos son expresión,
siendo ambos puro arte,
que salen del corazón
apenas sin cuenta darte.

Siendo simples sentimientos
reflejados con nobleza,
retrato de pensamientos
que inmortalizan belleza
salidos de tus adentros.

Cuando pintas te parece
estar como extasiado,
el alma entera se crece
cuando quieres ver pintado
aquello que lo merece.

Y cuando escribes poesía
también se sigue pintando;
el vivir de cada día
que en el papel vas dejando
grabado con alegría.

Y luego sigues pensando
en la nueva fantasía
para seguir navegando
entre pincel y poesía.

Francisco García García

A LA MUJER MALAGUEÑA

DEDICADO A LA MUJER MALAGUEÑA
Es la mujer malagueña
un torrente de hermosura,
y a raudales derramando
la sal tan divina y pura
que nuestro mar le va dando.

Tiene arte y mucho garbo
teniendo algo de mora;
simpatía y elegancia,
y una gracia arrolladora
que derrocha con fragancia.

¿Será la brisa del mar
que su cara va besando,
la que hace cada día
que su sal vaya aumentando
igual que su simpatía?

Cuando por calle de Larios,
la trinidad o el perchel,
el sitio, no puede importar,
lo que sí importa, es el ver
su señorío al andar.

Con cuerpo de marinera,
como el flotar de la espuma,
como el mecer de las olas,
como el color de la bruma,
o el sonar de caracolas.

El hacer comparaciones
seria restarle belleza,
seria quitarle valor,
a la exquisita pureza
como si fuese una flor.

Es un regalo divino
sacado de algún jardín,
seguro, del paraíso,
que alguien plantó aquí
porque Dios así lo quiso.

Al hombre lo vuelve loco
cuando la ve de pasar,
lo deja como hechizado
con ese hondo mirar
que dentro queda clavado.

¿Será el calor de la tierra?
¿Será este sol andaluz?
¿Será la brisa del mar?
¿O Será este Cielo azul
que tanto valor le da?

Solamente le supera
nuestra querida Patrona,
que no se ponga celosa,
por eso lleva corona,
siempre fue la más precisa,
!La Virgen de la Victoria
que luce como una rosa¡

Francisco García García

EN RECUERDO A MI JILGUERO

Desde pequeño crié
a un muy noble pajarito,
era un bello jilguerito
que con el tiempo adiestré.

Era alegre y saltarín,
de belleza sin igual;
de plumaje señorial,
además, muy cantarín.

Conmigo comunicaba
con idioma misterioso,
con sonido prodigioso
cada instante me llamaba.

Decía chiquititillo,
y algunas, chiquititín,
y otras veces Paquillo,
entendía por chipilín.

Cuando él me reclamaba
siempre yo presto acudía,
porque pronto yo sabía
que algo necesitaba.

De mi casa la alegría
era el precioso animal,
también le pasaba igual
al que de fuera venía.

Bastante yo lo quería
a mi esposa igual pasaba,
y de cuidado que estaba
hasta gloria le ponía.

Pero un mal día enfermó
y muy triste se ponía,
perdiéndose su alegría,
y sin cante se quedó.
Los días fueron pasando
y su salud se mermaba,
y bajito me llamaba.

Su vida estaba acabando.
El animal intentaba
comerse su alimento
y ya casi sin aliento
con tristeza me miraba.

Me miraba fijamente
como si decir quisiera:
no te vayas de mi vera
que está llegando mi muerte.

El día de los difuntos
cuando yo me levanté,
ya sin vida lo encontré.
Ya jamás, estaríamos juntos.

Con dolor y mucha pena
en la playa lo enterraba,
con amargura dejaba
allí enterrado en la arena
a quien yo tanto estimaba.

Francisco García García

EL MENDIGO

Cuando yo vivía en Madrid, allá por el año 1.969, desde donde
me dejaba el autobús hasta el centro donde impartía mis clases,
recorría un gran trayecto andando, y casi todaslas tardes a mi regreso, observaba el hecho que cuento en el poema que sigue:

Un mendigo rebuscaba
lo que algunos no querían,
lo que algunos derrochaban
él con codicia cogía.

Buscaba entre la basura
sus alimentos a diario,
para él era hermosura,
para vivir necesario.

Un día que yo pasé
como frecuente lo hacía,
a su vera me acerqué
y muy amable me decía:
señor, perdóneme usted,
que hablar conmigo quería.

Me contó su mala vida
y también su mala suerte,
que tenia su alma herida
casi al borde de la muerte.

No le importaba el dinero,
el lujo no lo quería,
la salud era primero,
porque con ello tendría
lo mejor del mundo entero.

Necesitaba otra cosa
de la que él carecía,
¡seguro, la más hermosa!
que tanta falta le hacía.

Era sentir el calor
de un cariño verdadero,
tener un sincero amor
valía más que el dinero.

Mucho mas feliz sería
el que supiera apreciar
lo poco que poseía
y que no fuese robar.

Aquél hombre era feliz
sin añorar la riqueza,
sólo con poder vivir
soportaba la pobreza.

Ya después de aquel día
jamás le volví a ver,
pero nunca olvidaría
lo que dijo el hombre aquel
que tanta razón tenía.

Francisco García García

ETAPAS DE LA VIDA

Cuatro etapas diferentes
tiene la vida apreciada,
pues no siempre bien lograda,
porque no todas las gentes
las cuatro ven terminadas.

Cada etapa una estación
con un cierto recorrido,
a veces no bien seguido,
aunque es comparación
con el tiempo que has vivido.

La niñez , la juventud,
y también la madurez,
por último la vejez,
si has tenido salud
la puedes llegar a ver.

La niñez es la primera,
cuando empiezas a vivir,
cuando empiezas a existir,
la primera luz que ves,
no sabes lo que es sufrir.

Tu madre a ti te amamanta,
en sus brazos te sostiene,
y con mucho amor te tiene,
dándote cuanto te falta
y con mimos te entretiene.

Al dar tus primeros pasos
empiezas a caminar,
para por el mundo andar,
son los primeros fracasos
de tantos que llevarás.

Pronto empezarás a hablar
y son tus gracias primeras,
puedes decir lo que quieras
porque a nadie enfadarás
con palabras tan sinceras.

Poco a poco vas creciendo
en el seno familiar,
muy pronto al colegio irás,
donde irás aprendiendo

lo que luego olvidarás.
Los amigos con el juego,
también llorar y correr,
es lo que debes de hacer,
porque te hará falta luego
para poderte mover.

Rápido en los quince estas,
y empieza la juventud,
que parece lentitud
haber podido llegar
aunque sea prontitud.

Segunda, la juventud.
¡Qué palabra tan divina!
donde tu niñez termina,
y con toda plenitud
tu gran ilusión germina.

Esta será la estación
para ti fundamental,
nada será elemental,
debes tener precaución
para tu vida formar.

Todo serán ilusiones
y el amor empezará,
el alma en ti arderá,
romperás los corazones
y la vida gozarás.

Te labras tu porvenir,
que mirando hacia el futuro
lo debes tener seguro,
y luego mejor vivir
si llegas a estar maduro.

El casamiento y los hijos
te exigirán un hogar,
que tú lo debes lograr
con todos los sacrificios
que se suelen presentar.

De los quince a los cuarenta
es el tiempo de luchar
para poder prosperar,
y casi sin darte cuenta
casi cuarenta tendrás.

Tercera, la madurez.
Se inicia por los cuarenta,
camino de los sesenta,
víspera de la vejez.
¡Es dichoso el que lo cuenta!

En esta edad ya madura
se puede muy bien pensar,
y debes reflexionar
lo que ha sido tu aventura
en esta vida infernal.

Cuando estas en esta edad
obra ya la sensatez,
porque es en la madurez
cuando más cuenta te das,
de la vida como es.

Puedes sacar conclusiones
del presente, del pasado,
de la forma que has obrado,
viendo muy bien las razones
en lo que hayas errado.

Es una ya edad pausada
casi fuera de ambiciones,
y decaen las ilusiones,
piensas en la edad pasada
y en todas las situaciones
aunque te sirvan de nada.

Si no te quedas atrás
y tu salud lo permite,
si tu cuerpo lo resiste
en los sesenta entraras,
y no quiero ni decirte
lo que aquí te encontrarás.

Por último, la vejez.
Ya has cumplido los sesenta,
y apenas sin darte cuenta
bastante mayor te ves
camino de los setenta
y los que vengan después.

Ya empieza la cuesta abajo
sin poder retroceder,
y sin apenas poder,
si aún tienes trabajo,
seguir tirando con él.

Si tu salud lo permite
y tienes tranquilidad,
si tienes felicidad,
aunque tu alma esté triste
aún podrás disfrutar.

Si no estás saludable
y tienes muchas goteras,
mucho mejor que te mueras,
sería lo razonable
si tú, sufrir no quisieras.

Si a pesar de los pesares
aún tú sigues tirando,
y a los setenta llegando,
razones tendrás a pares
para seguir disfrutando.

Si llegas a los ochenta
y bien te puedes mover,
aunque no puedas correr,
ya no te saldrá la cuenta
de lo que puedas hacer
que no hiciste a los cuarenta.

Camino de los noventa.
¡Qué lejos, ha quedado ya!
¡Qué cerca, se ve el final!
Está tocando a la puerta
la que no perdonará.

Si tú tienes lucidez
y te sigue la cordura,
cuando estés a esta altura,
ya te puedes preguntar:
¿para qué tanto luchar,
cuando tienes la vejez
todo te ha de sobrar?

Aquí puedes resumir
lo que ha sido tu existencia,
que a veces con gran paciencia
pudiste bien resistir
pidiéndole a Dios clemencia
que te ayudara a seguir.

Pero al final de tus días
te seguirás preguntando,
cuando ya estés acabando:
¿Que tú de donde venias?
¿Hacia donde irás volando?
¿En este mundo que hacías?
Seguro que era estorbando.

Así es la vida señores,
así es de cruda y fría,
que no es una tontería,
¡y cuestan tantos sudores
poder vivir cada día,
on fatigas y dolores
para un poco de alegría!

Cuando te llega el final
el reloj se pone a cero
para el rico y pordiosero,
y no te podrás llevar
ni riquezas ni dinero
y se acabó tu luchar

Francisco García García

EN MEMORIA DE UN AMIGO

Esta historia, es un hecho real, que me ocurrió allá por
el año 1.970 en la calle Avenida de la Rosaleda, en Málaga.

Un mendigo se acercó
y su mano me extendía,
¡una limosna por Dios!
angustiado me pedía.

Fijamente le miré
dándole cuanto llevaba,
y en sus ojos observé
las lágrimas que brotaban.

Mil gracias, él me decía,
mientras al suelo miraba,
y por su cara corrían
las lágrimas que secaba.

Con su faz desfigurada,
todo sucio y andrajoso,
con larga barba poblada
y su cabello canoso.

Pensativo me marché
y un tanto preocupado,
porque en el hombre noté
una marca del pasado.

Yo quería recordar
que al mendigo conocía,
no paraba de pensar,
aquel hombre quien sería.

El me había conocido,
yo tan seguro estaba,
con nadie algún parecido
en el momento encontraba.

Por la noche recordé:
con toda seguridad,
el mendigo que encontré,
en nuestra más tierna edad

hasta con él yo jugué.
Y buenos amigos fuimos,
de su familia fui igual,
un día nos despedimos,
quiso a la Legión marchar
y después jamás nos vimos.

Al otro día volví
al sitio donde pedía,
ya no se encontraba allí
ni nadie le conocía.

Yo le quería ayudar
si él me lo permitía,
jamás lo pude encontrar,
hasta el día que moría
que al fin me pude enterar
y al funeral asistía,
su cuerpo vi de enterrar
y en recuerdo quedaría.

Francisco García García

A MI MALAGA QUERIDA

Hacía bastante tiempo que no subía a Gibralfaro (La
alcazaba),por haber estado ausente de Málaga durante
treinta años. A mi regreso, una tarde del mes de Mayo, subí
hasta el mirador, con la idea de escribir un poema,
contemplando lo que no veía desde antaño, dando como
resultado lo que sigue:

Desde aquí Málaga mía
te contemplo y me recreo,
¡no sabes como te veo,
Reina de Andalucía!

Sentado en el mirador
con el aire por testigo,
Gibralfaro como abrigo,
para encontrarme mejor
tú Málaga, estás conmigo.

Desde este mirador
se deja ver tu belleza,
con orgullo y con grandeza
cual si fuese resplandor
que refleja tu pureza.

El aire puro se nota
respirándose mejor,
y desde aquí tu valor
sobre tu regazo flota
y luces como una flor.

Aquí arriba todo es paz
y todo es naturaleza,
vigilante fortaleza
que como perro guardián
son recuerdos de nobleza.

Los pájaros al trinar
invaden mis cinco sentidos,
inundando mis oídos
como nota musical
que del cielo haya venido.

Desde aquí se ve tu puerto
con ese faro de guía,
desde la noche hasta el día,
vigilante siempre presto
ilumina tu bahía.

En tu amplio y extenso mar
las olas se balancean,
al mismo tiempo pasean
la espuma que cubrirá
las playas que te rodean.

¡Es tu parque tan frondoso!
¡Tan lleno de colorido!
Lo mejor, siempre florido,
y parece un manto hermoso
que del cielo haya caído.

Tu playa de parda arena
que brilla como la plata,
y sigilosa delata
orgullo de mar serena.

Tu cielo tiene más luz,
aire con brisa del mar,
que hasta aquí quiere llegar,
con ese color azul
para mi alma robar.

El espacio está invadido
por ese vuelo constante
de la gaviota errante,
que de paseo ha salido
para compañía darte.

Las palomas desde aquí
las veo revolotear,
y bajan para picar
en tu suelo de rubí
a la orillita del mar.

Perplejo y anonadado
como si un sueño fuese,
mi entusiasmo ya se crece
y la tarde se ha pasado
que hasta corta me parece.

En tu provincia nací
y en ella yo me crié,
en mi alma te llevé
cuando me tuve que ir,
pero nunca te olvidé

Cuando de nuevo volví
mentira me parecía,
me inundaba la alegría
porque podía decir,
que aquí en la Málaga mía
estaría hasta el morir
si Dios así lo quería.

Francisco García García

INFORMACION PRELIMINAR

EN ESTA PAGINA PODRA ENCONTRAR QUIEN SIENTA
LA CURIOSIDAD POR LA POESIA, LA PUBLICACION
DE TODOS LOS POEMAS DEL LIBRO PUBLICADO
POR EL AUTOR DE ESTA PAGINA, QUE SE TITULA
“POEMAS DE MI SENTIR”.

EL CONTENIDO DE LOS POEMAS, ES TAN REAL

COMO LA VIDA MISMA,Y TODOS LOS CASOS
ESTAN BASADOS EN LAS PROPIAS VIVENCIAS
DE SU AUTOR EL AUTOR.